
La Federación Andaluza de Síndrome de Asperger presentó el jueves, 25 de septiembre de 2025, al Defensor del Pueblo Andaluz su investigación sobre la “alarmante” realidad del alumnado en el espectro autista. Nuestras asociaciones federadas, autonómicas y provinciales en todo el país, reclaman una mejora de los protocolos en los centros y “soluciones legislativas contundentes y decididas”. Más del 70% de las personas Asperger sufre acoso escolar en Andalucía.
Desde - Hasta: 30/09/2025 - Actualmente
Sevilla, 25 de septiembre de 2025. La Federación Andaluza de Síndrome de Asperger (Asperger Andalucía) presentó el jueves, 25 de septiembre de 2025 en la sede del Defensor del Pueblo Andaluz un estudio sobre la incidencia del acoso escolar en el colectivo, cuyos resultados son “escalofriantes”, como ha afirmado el presidente de Asperger Andalucía, Rafael Jorreto, en la presentación de esta investigación.
El acto ha concluido en una reunión con el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, quien ha incidido en la necesidad de “no escatimar en recursos para atender a la infancia”. Tras recordar que es el único Defensor de la Infancia y Adolescencia en España, Maeztu ha lamentado que no se reconozca la importancia que merecen estos asuntos y ha asegurado que pondrá esta cuestión sobre la mesa en su próxima intervención en las XXXVIII Jornadas de Coordinación de Defensorías del Pueblo, que se celebrarán a finales del próximo octubre en Zaragoza y están dedicadas este año a la vulnerabilidad en las escuelas.
Entre las principales conclusiones que ha arrojado este estudio se encuentra la altísima incidencia de acoso escolar que sufren las personas Asperger durante su etapa escolar. Hasta el 71% se dispara el porcentaje de miembros de este colectivo que ha sido víctima de conductas violentas, ya fueran directas o indirectas. Dentro de este 71% de personas que sufren acoso, un 95,58% de ellas son consideradas por el estudio como de riesgo prioritario debido a la alta frecuencia de episodios hostiles, pues afirman padecerlos tres o más veces al mes, a diario o casi a diario, lo que convierte estos casos en especialmente graves.
El estudio, titulado La violencia escolar en niños/as y adolescentes con diagnóstico de Trastorno Espectro Autista nivel 1, ha sido publicado por la Revista de Discapacidad, Clínica y Neurociencias de la Universidad de Alicante, referente en en este ámbito a nivel nacional, y ha sido realizado con la garantía del “rigor metodológico” que ofrece el proceso de revisión denominado de doble ciego.
Realizada con la participación de 362 estudiantes con edades comprendidas entre 10 y 19 años, todos ellos con diagnóstico oficial de TEA-1, la investigación concluye asimismo que la violencia psicológica indirecta es la forma más habitual de acoso, con una incidencia que alcanza el 43,32%, seguida de las agresiones verbales, que se manifiesta en un 33,68% de los casos. Son los adolescentes quienes identifican un mayor hostigamiento, el cual se traduce en experiencias de “exclusión social y aislamiento”, y que se produce “de manera sutil y en los contextos que implican mayor relación social y menor supervisión, como el recreo, las actividades grupales y las excursiones”.
Como consecuencia de todo ello, más de un 75% de los estudiantes Asperger presenta problemas de nerviosismo al acudir a los centros educativos y encontrarse con el resto del alumnado. Casi el 50% de los miembros del colectivo ha sufrido burlas explícitas únicamente por ser diferentes, y un idéntico porcentaje notó cambios en su estado de ánimo tras sufrir estos ataques.
Protocolos de acoso escolar
Los resultados de esta investigación hacen evidente la “necesidad de dotar de medidas de protección inmediatas” a los alumnos/as del colectivo Asperger, ha enfatizado Jorreto tras lamentar que los datos en que se basa el estudio son “incómodos para los responsables de las instituciones educativas”, pues reflejan “una realidad que no está siendo gestionada con la atención que merece”. “Los protocolos de acoso escolar no están funcionando para este alumnado, y parecen más orientados a salvar las eventuales responsabilidades de los centros educativos que a defender a las víctimas”, ha lamentado el presidente de la Federación Andaluza de Síndrome de Asperger.
Además, ha explicado Rafael Jorreto, “el alumnado Asperger, por sus dificultades en el ámbito social, no son conscientes de ello, lo acaban normalizando, no lo cuentan o no saben ponerle nombre a su sufrimiento”, lo que implica que pueda hablarse, ha señalado, de una “catástrofe silenciosa” que no es recogida por “los datos oficiales” y cuyas “consecuencias traumáticas trascienden el periodo escolar y se extienden a lo largo de la vida, desencadenando miedos, ansiedades y frecuentes depresiones, todo lo cual se traduce en última instancia en el terrible y ya conocido porcentaje de conductas suicidas de este colectivo, muy superior al de la población general”.
Propuesta legislativa
“Uno de los motivos prioritarios de la creación de las asociaciones de la red Asperger fue la lucha activa contra el acoso escolar. De hecho, ya en 2003 comparecimos ante José Chamizo [Defensor del Pueblo Andaluz en aquel momento] para alertar sobre este problema al que los colegios y administraciones quitaban importancia. Está en las hemerotecas. Ya entonces teníamos la certeza de que la casi totalidad de nuestros hijos e hijas sufrían acoso escolar, pero no teníamos datos que pudieran corroborar la incidencia específica en el alumnado Asperger”.
Por ello, “ante estos alarmantes datos”, la Confederación Asperger España ha presentado una propuesta de anteproyecto de Ley Orgánica para la Protección del Alumnado frente al Acoso Escolar. Esta iniciativa recoge, entre otras medidas, “el derecho explícito del alumnado a un entorno escolar libre de violencia, derecho no contemplado expresamente en nuestro ordenamiento jurídico, a diferencia de otras legislaciones europeas que sí lo hacen”, ha recordado Jorreto antes de señalar que “el marco legal en España es reactivo, no preventivo” y denunciar que no suele haber “consecuencias claras ante la inacción” de los centros educativos, “lo que deja a los más vulnerables sin protección efectiva”.
“Entendemos que este problema no es endémico de Andalucía y sería extrapolable, en mayor o menor medida, a las demás comunidades. Por eso consideramos una obligación ética y un deber alertar de esta intolerable situación y poner sobre la mesa la necesidad de soluciones legislativas contundentes y decididas para acabar con esta lacra que se ceba principalmente con un alumnado cuya discapacidad psicosocial, por no ser visible, pasa desapercibida y desatendida”.